martes, 19 de febrero de 2008

El Brillo del diamante loco

Por: Alejandro Aldana Sellschopp.

Siempre he considerado al disco The Piper At The Gates Of
Dawn, de Pink Floyd, uno de los mejores cd`s del grupo, y más aún uno de los mejores materiales discográficos de la historia del rock. Si bien para muchos seguidores el disco representa el germen de todo lo que sería la banda, también es muestra del inmenso talento de Syd Barrett, líder y compositor de la mayoría de temas que integran el cd, es el verdadero brillo del diamante loco, ya que Syd grabaría únicamente este material con los Floy´s, posteriormente colabora eventualmente en el segundo long play con pocas rolas, ya que debido al abuso de drogas, específicamente ácidos, Syd es internado en un manicomio.Esta joya del rock sicodélico cumple 40 años desde que el 5 de agosto de 1967 ignaurara la carrera de una de las bandas más importantes en la historia de la música. El paquete conmemorativo contiene tres cd´s, el arte corrido a cargo de Storm Thorgenson es de primera, el álbum forrado en tela marrón con letras en oro deja ver en la tapa frontal la famosa foto de Vic Singh, idea loquísima de Syd, donde vemos a unos Floy´s jovencísimos, vestidos con camisas estampadas de la excéntrica visión berretiana. Para los coleccionistas es un verdadero manjar, en el interior nos encontramos con ocho páginas, excelentemente presentadas con selección de color, del cuaderno de notas de Syd Barrett. El gran James Guthrie se encargó de remasterizar el material, y vaya que hizo un trabajo a la altura de la empresa, el sonido es impactante, cada nota, compás, coro, efecto ambiental es fielmente transmitido, confieso que la primera ves que escuché los discos fue en un minicomponente de la era prehistórica, y aún así disfrute de la calidad del sonido. El disco 1 y 2 contienen el álbum completo, las canciones que ya conocemos, sin embargo uno es la versión mono y el otro es la mezcla en estéreo. La gran mayoría tiene en casa la forma en estéreo, sin embargo a mi me gusta mucho escuchar las piezas en el mono, ya que guarda ciertas capas de música que imprimen de mayor dureza a la grabación, por ejemplo el órgano, muy a la Rick, que se escucha mejor en la versión mono de Interstellar. El 3 disco es una delicia ya que contiene todos los singles de la banda, sí, ya sé que me dirán que ese disco también venía en la súper caja negra de Pink Floyd, ok, ok, sí vienen los singles de 1967: Arnold Layne (que suena más actual que nunca), See Emily Play y la excelente Apples and Oranges; pero además contiene las caras B: Candy And A Current y Paintbox, y agárrense: tres súper rolas inéditas!!!, una versión de Mathilda Mother con la misma base musical pero con letra distinta, se trata de la letra original de la rola, en aquel entonces se les prohibió grabarla por broncas de derecho de autor, ya que usa unos versos de Hilaire Belloc, los dejará más que satisfechos, incluso uno duda en elegir entre esta versión o la original, la versión estéreo de Apples And Oranges, que no se había publicado de manera oficial, sólo circulaban versiones piratas, muy mal gravada, incluso recortada, y la cereza sobre el pastel: una versión del clásico Interstellar Overdrive que únicamente se editó en Francia. Se cuenta que un coleccionista prestó la copia del original del EP editado en Francia, James Guthrie se llevó la sorpresa al toparse con una versión distinta de Interstellar Overdrive, la versión es muy clara, transparente, los efectos de voces y aparatos interestelares se escuchan con mucha plasticidad, dejando en verdad los cimientos del sonido concreto que posteriormente explotarían los Floy´s hasta el cansancio, así que como diría un filosofo mexicano “no se hagan bolas” y no discutamos si ese aporte es de Allan Parsons o de Roger Waters, quien escuche el Piper sabrá que es una de las tantas aportaciones que legó Syd Barrett.Syd Barret fue un músico que se caracterizó por sus letras extrañas, tendientes a poetizar la realidad mediante complejas metáforas que resustentaban en pequeñas historias ricas en personajes que bien podrían recordarnos a la niñez, quizá por ello no nos sorprende que el nombre del disco proviene de uno de los libros para niños más bellos que se han escrito en Inglaterra, me refiero a El Viento en los sauces, quizá muchos de ustedes como yo siguió la serie por el canal 11, hace ya algunos años. The Piper At The Gates Of Dawn es el título del séptimo capítulo de este libro.El disco se grabó en los estudios, ya leyenda de la música, Abbey Road donde precisamente en las mismas fechas los Beatles gravaban ni más ni menos que su obra maestra El Sargento Pimienta que sería publicado dos meses antes que el Piper. Entre las tantas aportaciones del disco, encontramos el nacimiento de un subgénero llamado space rock, que Pink Floyd explota durante toda su carrera, recordarán que los conciertos de los Floy´s se anunciaban con carteles con dibujos de ovnis, platillos voladores y marcianos. La rolita Astronomy Domine presenta esta línea musical enriquecida con matices distorsionadas, voces que nos transportan a un vuelo más allá de la tierra, como una rareza les contaré que el disco que se editó en América la apertura del LP corre a cargo del tema See Emily Play. El cd comienza con la clásica Astronomy Domine, la música se hace presente con los sonidos que nos transportan al espacio sideral, es un viaje por un agujero negro, una verdadera montaña de potente alucinación musical. Lucifer Sam, es la historia de un gato que acompaña a Jennifer Gentle, una bruja que recorre la historia y el cd, sin duda la psicodelia se mezcla con líneas de pop, rock clásico, y un halo de oscuridad que una vez escuchado el disco no es fácil olvidar. En la versión mono hay una parte en que la música se escucha por un alta voz, casi opaca, y de pronto se desliza el órgano de Richard Wright, para después sobreponerse la voz de Syd cantando sobre ese enigmático gato.Una de mis rolas preferidas es Matilda Mother, creo que ahí está el germen del futuro Pink Floyd, el órgano, que hay que decirlo en este cd Rick es pieza fundamental para lograr ese sonido tan singular, dibuja la atmósfera que se fortalece con las líneas del bajo de Roger, el coro es bellísimo, sobre todo en la parte cuando el niño dice: “Oh, mother, tell me more”, exigiéndole a su madre que siga contándole ese cuento sobre un rey que gobernaba la tierra con un águila escarlata y caminaba mientras arroja plata a la gente.Flaming es una verdadera joya, hay mucho órgano sepulcral, efectos distorsionados, voces que se entrelazan y se sobreponen en capas, todos los sonidos forman muchas atmósfera que se sustentan en un eco formidable. Pow R. Toc H. (sí, así se llama), nos transporta a un lugar infernal, las voces producen sonidos extrañísimos, es una rola de sepa floyana, un corte del tipo que los hizo famosos en sus presentaciones en vivo, es totalmente instrumental, dilatando líneas de bajo, riff de guitarra, mientras nos embrujan sonidos de aves nocturnas, que luego escucharíamos en uma-guma. Take Up Thy Stethoscope And Walk, único tema compuesto por Roger Waters, los títulos locos, raros, dadas, surrealistas también son una aportación de Syd, Pink Floyd usará estos títulos en casi todos sus cd´s posteriores. Esta canción es más amable, bailable, contiene sonidos muy reconocibles de la época. Aquí encontraran un juego estéreo interesante, de pronto cambia de un alta voz donde suena la guitarra y en otro la voz, y sin más cambia de posición, dotando de un dinamismo excelente a la rola. Interstellar Overdrive otra rolita súper clásica del disco y de la banda, rolota, dura, heavy, sin frenos, se hace y rehace por 10 minutos, Syd deja ver sus dotes como guitarrista, sobre todo en los efectos que logra con las cuerdas, una verdadera locura psicodélica.The Gnome es una historia más de brujas, gnomos y seres de la noche, el tema es el ideal para conducirnos a la rola Chapter 24, un tema genuinamente de Syd, sobre todo en la letra, oscura, poética, enigmática, versos que parecen dictados desde la locura donde se ocultará hasta el día de su muerte en 2006. Basada en el capitulo 24 del I ching. Algunos versos dicen: “Un movimiento está acompañado de seis escenarios/ Y el séptimo trae el retorno/ EL siete es el número de la luz joven/ Se forma cuando la oscuridad se incrementa por uno”. Imposible no pensar en Syd como el flautista, el mago, el clarividente, ese que supo el secreto siendo muy joven, sí ese brillo de diamante que muchos años después describiría Roger Waters. The Scarecrow, la rola del famoso espantapájaros, hemos visto mil veces ese video donde aparecen Pink Floyd jovencísimos caminando por un inmenso campo de trigo, video que Roger Waters ha rescatado en sus presentaciones en vivo. Bike es una de las piezas más simples; pero no desentona en el contexto de las otras canciones, un tema de nuevo con referencias infantiles. Es el cierre perfecto.El Piper es sin duda el disco donde en realidad brilla el diamante loco.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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