lunes, 17 de marzo de 2008

Cultura e institución

( Y con ustedes, el poeta intergalácito, el perredista, el panista, el priísta,

el mero mero, el amo de las letras yucas: Oscar Sauri)











Cultura e institución
Joaquín Peón Iñiguez



Estamos viviendo un fenómeno sin precedentes. Para bien o para mal, hay miles de artistas. Lo que podría ser interpretado como una consecuencia del a sobrepoblación, también se puede percibir como una búsqueda obsesiva de reconocimiento. La demanda le ha dado mucho más poder a los Institutos de Cultura. De pronto su presupuesto se multiplicó enormemente, y se vieron en la difícil tarea de ser un filtro que saque a relucir lo más destacado en los terrenos de la creación. Desafortunadamente, casi siempre nos han quedado a deber.

El nuevo Instituto de Cultura tiene buena cara. En sus primeros meses en el cargo, Renán Guillermo ha logrado lo que parecía imposible, mantener contentos a cientos de artistas berrinchudos. Cada uno de ellos se siente el más talentoso, cree que merece una publicación, una beca, un homenaje en el Peón Contreras. Por el momento no he escuchado grandes quejas. Parece que encontraron un equilibrio y las puertas que el sexenio anterior estaban (literalmente) cerradas, ahora están (simbólicamente) abiertas. Las pequeñas cortesías dicen mucho.

Uno de los grandes méritos de esta nueva administración ha sido encontrar un balance entre el folklor y las nuevas expresiones. El director ha mostrado mantener mucho interés por la trova, el teatro, y la danza yucateca. Sin embargo, no se ha dejado llevar por sus gustos personales, ni por esta extraña tendencia hiperyucatequista que se ha dado con la Señorita Corazón.

Otra decisión atinada fue la de nombrar a Adalberto Pinzón en encargado del sector enfocado en los jóvenes. Aunque al principio había cierto escepticismo en el ambiente, ha logrado cerrar algunas bocas con su trabajo. El Encuentro de Cultura Alternativa es una iniciativa que vale la pena mantener.
Lo que es una pena es que Oscar Sauri siga a cargo de literatura. Se rumora que su puesto ya es de adorno y que ha perdido poder, pero lo que algunos estamos perdiendo es la paciencia. Confío en que lo saquen pronto, lo último que queremos es una dictadura cultural, doce años limitando el desarrollo de la literatura yucateca por el criterio limitado de una sola persona.

No se trata de ambiciones personales, no me puedo quejar de los espacios que he obtenido (aunque la gran mayoría los haya conseguido de forma independiente). Se trata de sentido común y de un poquito de dignidad. Las paredes escuchan y gritan. La actitud de Sauri es una ofensa a la inteligencia de los creadores. Su cinismo es evidente. Muchos nos sentimos agredidos por el descaro del señor. No se entiende que sigue haciendo ahí. Aunque le reconozco sus logros (sobre todo las salas de lectura) y lo juzgo sólo en su papel, es evidente que urge un cambio.

Afortunadamente se han tomado medidas “transitorias”. Las nuevas labores que les fueron asignadas a Roldán Peniche y a Jorge Cortés deben de maquillar el asunto. Me alegro por ambos, aunque particularmente por el segundo. Lo tuve como maestro por año y medio en la universidad. Y puedo destacar, sin lambisconeos, que se trata de un hombre honesto, inteligente, que buscará obsesivamente lo que sea mejor para la cultura en el estado.

Del otro lado está el Ayuntamiento. Tampoco hay grandes quejas para Roger Metri. Aunque si las hay sobre una exposición en particular. La semana pasada Debora Carnevali fue censurada en el Olimpo. Su pieza consistíó, basicamente, en dejar las paredes en blanco para que la gente tuviera una vitrina de primer nivel para expresarse. Resumiendo: se pintó un “gran pichón”, y se escribió una frase hereje. Hasta la policía se metió. Lo que es una lástima es que “el chino”, el curador que recibe decenas de miles de pesos por cada chamba, no salió en su defensa. Es una lástima que un “cuelgacuadros” (cito a un anónimo pintor local) haya frustrado una iniciativa tan interesante.


En fin, ese es el riesgo de esta nueva relación fraternal entre artista e institución. El que juega con fuego se puede quemar.









(La trova yucateca, como el mezcal, hay que tomarla con medida)


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que equivocado esta usted, yo como creador y artista jamas se me fue negado un apoyo de la direccion de literatura, el lic. Oscar Sauri nos recibia a todos independientemente de que area era de la que buscabamos apoyo, siempre fue muy amable y con una disposicion incuestionable, no se mucho de usted pero dejeme decirle que el lic. Sauri es un magnifico poeta que si por no lo sabia fue nombrado consul de poetas en merida yucatan, eso nos deja muy claro que poetas como el, con una autentisidad muy pocos, y con lo referente al nombramiento de cortes ancona es una cosa verdaderamente mala, es un hombre tan limitado, tan triste y amargado que con solo mirarlo podemos ver lo nefasto que es.

Anónimo dijo...

le faltó atte:Oscar Sauri

osauri dijo...

Ahora que el tiempo, ese transcurrir que fluye, que todo lo cura o todo lo enferma y mata, ese amigo de la verdad, que es tan dialéctica y contradictoria, tan diversa y tan cabrona, ahora que esta mas claro que nunca para algunos y para otros más oscuro que nunca el futuro, si es que existe, jajajajajajaja, hago este breve comentario, ni he usado, ni usare anónimos, ni anomias, ni momias para defenderme, es más no suelo defenderme cuando esta claro que no hace falta, así es que, la buena ética aconseja prudencia, son otros como ves los que parlan lo contrario de lo que hacen, espero por el bien de los que quieran ser realmente escritores, que se formen en el rigor y en el estudio y que cuando injurien tengan los pelos de la burra en la mano y sobre todo no escupan para arriba. Asi es que el me defiende que diga por favor quien es y el me ataca diga su nombre. Oscar Sauri