sábado, 17 de noviembre de 2007

Frank Stein:

viene escampando sigiloso

bruno verdugo del siempre

apología del ahora

pasmo seráfico de rostro amortajado

tiene los dedos del padre

el ojo bárbaro de los abuelos

la soledad de las barbas


¡Dios!

Puedo ver la noche llegar despedazada

viene negando su caverna y sus pasos

la vida centella en las fisuras del pómulo

al hijo la madre sus manos vaya incluso al recuerdo

noche de nombre y un valle de espectros

me niega me arrebata me asfixia me lleva a su dominio

ese yo que no soy yo aunque es el otro

un rencor acaso destruyendo su cuerpo y su espacio

abordando el viento a metralla cual trance del arma

(grueso venablo que al aire se astilla)

atacando al monstruo creado con sus propias manos


¡No!

tampoco soporta destruirlo sin morir en el abordaje

cayendo de la gracia de las alturas acogido por el asfalto

por eso lo seca lo empala y le dice todo con el silencio

no el silencio de sueño

sino aquel silencio penumbra de llaga y lastre

silencio primitivo de lejana lumbre

silencio lodazal construido sombra sobre sombra al pie de la casa

descubre al ojo que parpadea ahora y siempre

se moja nuevamente en chapuzas de almíbar

y en la lluvia sutil mas sonante de un otoño

desfallece cubriendo la mirada

la misma de ayer descubierta en la ira de su padre

agua que custodia mis pies

recuerdo de bosque de asfalto y traición a la sangre

caos de roca bajo el puente

bajo tempestades de rama y brisas y truenos

helando la piel y la estampa en la sien de los malditos

vaya incluso niega su propia muerte

su mutación hacia el padre

una soledad que abraza desde dentro

en medio de un vacío con luna hierba piedra y árbol y niño

ese niño que hoy resucita igual de asustado en la forma de su linaje

en la forma de un miedo lobreguez de la sangre

antaño fundado en el hijo que grita clama patalea y regurgita magra bilis:


Primero muerto que consumido en tu imagen

hoy no perdono los llantos y los gemidos

que surcan la sangre y estallan sobre mi alma plena

grito laberinto vetado a la noche

reflejo de cicatriz y tiempo de borrarnos

porque hoy soy todos los hombres por fragmentos


Primero muerto que vivo





http://lunanavegante.blogspot.com/


1 comentario:

Anónimo dijo...

Ese es el Marco, un saludo y mucha suerte, aunque nos veamos todos los días jeje