martes, 4 de diciembre de 2007

Cuando la opera se hizo sexy y movió masas y volvió locas a las personas


“ME ENCANTARÍA VER UNA ÓPERA NUDISTA,
ESTOY SEGURO DE QUE CUANDO DAN
ESAS NOTAS ALTAS SE LES NOTA EN LOS GENITALES.”


- Jack Handey


Campeche es el ombligo de México (y quizás de Latinoamérica), y al que no lo crea lo reto a que me diga qué otro estado de la República (de cualquier país tercermundista) en un lapso de menos de un mes ha albergado el rodaje de una superproducción Hollywoodense (incluido protagonista ganador del Oscar) y un mega concierto (gratuito) de un grupo musical de fama mundial.

Lo del señor Soderberg y su guerrillera pandilla lo dejaré para la próxima semana, ahora lo que nos atañe es el concierto que nos vendrá encima en unos cuantos días. No pensaba escribir sobre ello, pero en vista de los daños colaterales que ha empezado a causar el furor por ver a cuatro galanes en escena, he cambiado de opinión. El primero ha sido a mi persona. Mi bandeja de entrada del correo electrónico ha sido saturada por amigas (y amigos) que muy cariñosa y solícitamente me han pedido (y exigido) que investigue los precios de los hoteles para la noche del concierto, es decir, que les haga una lista desglosada y detallada donde especifique las tarifas en base sencilla, doble, triple y cuádruple de todos los hoteles de Campeche para que vean cuál se amolda a sus necesidades y posibilidades económicas. Imagino que ellos imaginan que, siendo yo un escritor de tiempo completo (privilegio impensable en este país), me paso el día acostado en una hamaca esperando a que las musas vengan a mí, para luego sentarme frente a la computadora a escribir lo primero que se me atraviese por la cabeza por un lapso nunca mayor a las dos horas. Confieso que nunca antes había recibido tantos e-mails en un tiempo tan breve, los cuales parecieran ser una calca los unos de los otros: “Que onda Rodro, oye necesito un favorzote, necesito que me averigües los precios de los hoteles para...”. Es curioso, incluso me han llegado mensajes de Ensenada, Baja California, de mujeres (y hombres) que ni siquiera conozco, los cuales comienzan sus cartas de la siguiente forma: “Querido Rodrigo: no tenemos el gusto de conocernos, pero he leído tu blog y me parece entender que vives en Campeche, así que por favor te pido tengas la gentileza de informarme qué hoteles son los más económicos para...” Y así uno tras otro.

Ahora les voy a contar lo que he hecho al respecto, yo, que soy un hombre ocupadísimo en eso de pasarme largas horas de la mañana y parte de la tarde en el dificilísimo oficio de permanecer acostado en una hamaca pescando musas mientras dormito. Me recosté lo más cómodo que pude, cerré los ojos e imaginé que iba al teléfono de la casa, tomaba entre mis manos la Sección Amarilla, buscaba entre sus páginas la sección de hoteles para luego marcar uno por uno a todos los hoteles y hostales de la ciudad y pedir la información que solicitaban mis amigas (y amigos) y extrañas (y extraños). Luego de tan ardua labor un fallo en la corriente eléctrica apagó el ventilador del cuarto, logrando que despertara bañado en sudor de tan horrible pesadilla en la que llevaba horas sumergido. La luz volvió, me desperecé, tomé un refrigerio, me lavé los dientes y contemplé mi rostro media hora frente al espejo, descubriendo que seré un viejo horrible y calvo como mi abuelo; luego encendí la computadora, entré a Internet y descubrí nuevos correos de amigas (y amigos) y extrañas (y extraños) solicitándome información de hoteles. Angustiado, apagué el monitor de la computadora y regresé a lo que mejor sé hacer: acostarme en mi hamaca. Allí las musas se me aparecieron (por primera vez en mi vida) y no las dejé hablar o cantar o lo que sea que hagan las musas para inspirar a las personas, porque me arranqué con un monólogo que básicamente tocaba las 10 siguientes interrogantes:

1. ¿De cuándo a acá, es decir, desde la fundación de Campeche (150 años exactamente) a la fecha, la gente es amante de la ópera?

2. ¿De cuando a acá, es decir, desde que se reconoció oficialmente que dejamos de ser La Nueva España (186 años), los mexicanos somos amantes de la ópera?

3. ¿Me retirarán el habla mis amigas (y amigos) por no mover un dedo para investigar los precios de los hoteles?

4. ¿Me golpearán en la nariz las extrañas (y extraños) cuando me los cruce cara a cara en el concierto?

5. ¿Cuánto dinero se embolsarán los amigos del Gobernador, que son los dueños de los hoteles?

6. ¿El retraso en el pago de mi beca tendrá algo que ver con el desembolso millonario que ha hecho el gobierno para pagar el concierto de Il Divo?

7. ¿Será posible que se puedan cantar canciones como las de Toni Braxton en ópera?

8. ¿Será que en Campeche nos sorprendan Il Divo cantando su versión de “Damn, I feel like a woman”, de Shania Twain?

9. ¿Cuál de los 4 sensuales tenores será el más sensual?

10. ¿Publicarán este escrito íntegro (traducción: sin censura) en los periódicos, y lo que es más importante, se animarán los editores a pagarme por él?

1 comentario:

wilberth herrera dijo...

mi querido rodrigo. Te faltó enumerar las más importantes llegadas: 1) El dr. wagner y 2)Junior Klan, que, según un amigo de villamadero, el 20 de diciembre, cumple 20 años la última vez que vino junior clan a Vilamadero. que también tocaron ahí este 2 de dic.

pero bueno,antes de seguir, diré que duplicaré este comentario, pues para que este chido.
Que bueno que ya estén de regreso (tu y eduardo)para que cuenten anécdotas, como todos unos mesías, del viaje.
Y conforme a Il divo, por lo que enumeraste, dices que vas a ir. Sólo espero que note ataquen los grupos de putitos que segurísimo van a ir al concierto magno, de los tenores mas grandes del planeta. ¿Pavarotti? mis...
Un saludo, nos vemos en las puertas.

excelente artículo, que debe ser remunerado.