Y es que todo estaba planeado para maquillar el fracaso rotundo y grosero de las águilas, con el tema de que el arbitraje estaba truqueado, sosteniéndose con lo sucedido con el árbitro paraguayo. Y el perro Bermúdez se encargaba de decir que los argentinos (refiriéndose al equipo Arsenal) eran un equipo que se echaba para atrás, golpeaban, o eran marrulleros, y que eran unos tramposos, además de decir que para él, eso no era el fútbol. Sin embargo, el mismísimo perro, en la final del mundial de Alemania 2006 entre Italia vs Francia se derretía en halagos por Italia, cuando este equipo es el rey de los marrulleros, tramposos, e inventores del equipo echado atrás: el Catenaggio.
Los comentarios sólo se centraban en que México, y no el América, debería estar indignado con esto, y que el arbitraje era a favor del equipo argentino, poniendo un problema y elevándolo a índole internacional. Además de decir descaradamente que el arbitraje del viernes anterior era el responsable de la derrota del cuadro americanista, cuando la verdad es que, aunque fue muy malo el arbitraje no tuvo nada que ver con la victoria del Arsenal sobre el América, y este perdió porque cometió muchos errores y no merecía ganar.
“Son unos tramposos, mi Brizio, el oficio es que juegues conforme al reglamento, que hagas faltas necesarias, este equipo es un tramposo y no puede jugar a otra cosa” Y el Arsenal todavía se dio el lujo de estrellar dos balones al poste y una falla garrafal de Joseemar Mosqueda con el portero “Haz sándwich” vencido. Las faltas que cometió el Arsenal son proporcionales a las que cometió el América, y fueron sancionadas de igual forma para los dos equipos.
Como al minuto 30 del primer tiempo, hubo una falta en el área del América, y el perro y su séquito aceptan con desilusión que era un penal que el árbitro no marcó. Desde ese momento se empezó a decir que el arbitraje era malo para ambos cuadros, era la primera vez que el objetivismo pasó por la boca de los narradores. Pero a los 10 minutos todo se fue a la mierda. Cabañas le gana un balón a un defensa, y este le comete una zancadilla fragante en el área. Penal claro. Y el árbitro no lo marcó, que estaba como a
Bueno ¿qué chingados hago escribiendo esta madre. Si de todas maneras los americanistas nunca lo van aceptar, pues son malos perdedores. Sólo diré que el arsenal ganó bien y lo merecía ganar, cosa que es muy difícil que suceda hoy en día, porque los merecimientos en un partido de fútbol no se suelen dar. El arbitraje, aunque malo no fue factor ni para que ganara el Arsenal, ni mucho menos para que el América perdiera. Y el que no lo crea, que acepte el símbolo de fracaso en su frente y aquí les dejo un regalito:
A chingaos, esta no va aquí...
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